Los uboote que se encontraban en Loch Ryan fueron remolcados por un grupo de destructores, fragatas y algunos remolcadores. La operación fue más dificultosa de lo que se creía en un principio; los barcos de guerra no eran los más idóneos para ser usados como remolcadores, asimismo los uboote que iban sin tripulación eran difíciles de gobernar, el mal tiempo también ayudó a dificultar la operación.
Se hicieron 14 viajes (cada uno lo componían de entre 6 a 7 uboote) entre el 25 de noviembre y el 28 de diciembre (con poco personal debido al mal tiempo y las fiestas navideñas), los problemas aparecieron desde el primer momento.

Las cabos de arrastre usados para el remolque se rompían y al no haber tripulación en los uboote, estas no eran reemplazadas, a veces el uboot se hundían fácilmente y otras veces fueron hundidos a cañonazos. A veces cuando se llegaba al lugar previsto para el hundimiento, las cargas de demolición no funcionaban correctamente y la mayoría acabaron hundidos a cañonazos con lo que sólo unos pocos fueron hundidos por los submarinos o por la aviación tal como se había planeado.

De los tres últimos uboote llevados a alta mar el 28 de diciembre (viaje 14), dos de ellos rompieron sus amarras durante el trayecto y fueron hundidos a cañonazos. El U1103 fue el último uboot procedente de Loch Ryan que fue hundido, también a cañonazos, en el área designada a las 10 y 10 minutos del 29 de diciembre.