El submarino de Ons |
Siempre se ha comentado que en los fondos del Parque Nacional reposa nada menos que un submarino español. Los miembros del Club de Buceo Ons nos interesamos por su historia y la investigamos. Buscamos información en libros y archivos, hablamos con marineros e historiadores y buceamos aquí y allá. Nuestros trabajos se vieron recompensados y, finalmente hallamos sus restos. Pese a lo sorprendente de los hechos, todo fue verdad y es que, a veces, la realidad supera a la ficción. |
Sumergible "Archimede" |
Construido en Tarento (Italia) en 1933. Con 70’5 m. de largo y 6’87 de ancho, este submarino estaba pensado para pasar largas temporadas en mar abierto, prueba de ello son sus 10.925 kilómetros de autonomía. Estaba armado con 8 tubos lanza-torpedos, 2 cañones de 100 mm. en la cubierta y 2 ametralladoras antiaéreas de 13,2 mm. |
![]() El Archimede en el Astillero, antes de su botadura. Cortesía de Emilio Umbría Cruz |
La Guerra Civil bajo el Mar |
Al estallar la contienda, casi toda la Armada quedó en manos de la República. Franco se vio obligado a pedir ayuda a Hitler y a Mussolini, que enviaron prontamente buques militares y mercantes para apoyarle. Es en este contexto cuando el español pide sumergibles a sus aliados y solo Mussolini accede a la petición. El Archimede y el Torricelli pasarán a manos españolas. |
El naufragio del General Mola ¡¡¡En Ons el hierro flota!!! |
El sumergible siguió prestando servicios en la Armada Española sin novedad. Finalmente, debido a su antigüedad, fue dado de baja en la Armada el 24 de Mayo de 1959. Estaba siendo remolcado desde Cartagena a un puerto del Norte para ser desguazado cuando, el 23 de Diciembre de 1959, estando a la altura de Ons (Ría de Pontevedra), se rompió el cabo del remolque y se estrelló contra la isla. Parecía como un último acto de rebeldía, tratando de escapar a su vil final. Sin embargo el Mola se dio por perdido y sus restos fueron vendidos como chatarra. |
![]() Zona en la que reposan los restos del General Mola. No doy la posición exacta para evitar su expolio. |
Es aquí cuando se da un hecho que aún hoy es recordado por los vecinos de Ons: Una empresa de desguaces compró los derechos sobre el sumergible y procedieron a despedazarlo, aprovechando los fines de semana para ir a sus casas junto a sus familias. Amontonaban la chatarra en el muelle, esperando a tener suficiente para poder llenar un barco, y así ahorrar portes. Cuando los de la empresa regresaron un Lunes, se encontraron con el muelle totalmente despejado, no había ni rastro de las planchas de hierro. Los desguazadores acusaron al Gobierno de permitir el hurto y exigieron la devolución del importe de los derechos y una indemnización. La reacción de Franco fue inmediata: envió soldados a Ons quienes, sin ningún miramiento, empezaron a registrar las casas de la isla. Evidentemente apareció la chatarra y se decidió llevar a los vecinos ante un tribunal militar, ya que en todas las casas había piezas del Mola. |
45 años después |
Los trabajos de desguace finalizaron en 1963 e, inexplicablemente, el Mola cayó en el olvido. Hasta que un buen día los del Club de Buceo Ons nos enteramos de unos rumores que aseguraban que en Ons había un submarino hundido. |
![]() Grupo de “aventureros” que decidieron encontrar los restos del General Mola. De izquierda a derecha, Carlos, Alberto, Rafa, José, Álvaro y, en cuclillas, el autor de estas líneas. Faltan José Benito y Marcos. Obsérvese la leyenda de la camiseta que portan los expedicionarios. |
¡¡¡¡¡Lingotes de hierro!!!!! |
La tranquilidad del mar era sólo aparente. Por debajo había una corriente de “ida y vuelta” (provocada por las olas al romper y replegarse) y grandes algas lo cubrían casi todo, además, uno de los turistas no iba cómodo y había que vigilarlo. Pudimos comprobar que el desguace fue casi completo. La mayoría de los restos eran pequeños hierros deformes y lingotes, decenas de lingotes. Lo único que pudimos reconocer era un tanque de inundación y un trozo de compuerta estanca, el resto estaba destrozado. El escaso aire nos obligó a concluir con nuestra breve visita, así que ascendimos, subimos a la zódiac y regresamos a puerto. Ya en tierra decidimos volver otro día y hacer un minucioso recorrido. Por fin teníamos un punto, ahora quedaba por ver hasta dónde se extendían los restos y tratar de localizar algo que nos indicase donde estaba la proa, la popa y la central. Decidimos que la próxima vez nos separaríamos en varios grupos, cada uno de los cuales tenía un sector adjudicado y exploraríamos un área considerable. |
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Grupo de lingotes de hierro, tendrán unos 30-40 cm. de largo. La foto está algo movida, disculpas. |
Restos de hierro, con algunas piezas de cobre y bronce. |
La semana nos pasó volando, pero el día acordado ya había llegado y nuestras dudas se iban a disipar. Al llegar a puerto, vimos que llovía y que las negras nubes tenían pinta de querer quedarse, sin embargo el mar estaba tranquilo y nadie quería volverse, zarparíamos de todos modos. Una vez llegados al lugar del naufragio, observamos que la mar seguía en calma, así que nos zambullimos y fuimos a explorar, según el plan. |
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Trozos de hierro, bronce y cobre bajo unas rocas. Como se puede apreciar, hay corriente. | Botella de aire para soplar lastre y emerger. Nos hizo ilusión encontrarla porque es como una de buceo, pero más grande. Está entre dos rocas y tiene la base rota. |
Volvimos al pecio y nos fijamos con detalle, tratando de sacar algo en claro y poder orientarnos en aquel caos, cuando apareció un pequeño detalle: Una mecha para explosivos. Eso lo explicaba todo. Para desguazar el sumergible, se usó dinamita. De ahí los restos debajo de pesadas rocas, las planchas de hierro despedazadas y las tuberías retorcidas. Desilusionados, seguimos recorriendo el naufragio, haciendo fotos y vídeo, pero no pudimos determinar en qué parte del submarino estábamos. Al finalizar, unos compañeros nos comentaron que vieron los posibles restos de un tubo lanzatorpedos, pieza curiosa de la que no hay fotos, ya que fue localizada por el grupo que no llevaba cámara. |
A modo de informe final |
Los restos del sumergible General Mola están destrozados, esparcidos e irreconocibles. La zona del naufragio está muy expuesta y sólo se puede bucear allí unos días al año. Además, al castigarla tanto el mar, allí hay muy poca vida, ni siquiera algas. |
Texto y fotos: Yago Abilleira Crespo |